Un recorrido por los orígenes, la tradición y la cultura que han dado forma al carácter de este pueblo costero asturiano.
Orígenes y fundación
Tapia de Casariego tiene sus raíces en una antigua aldea marinera del occidente asturiano. Su historia se remonta al siglo XIX, cuando el marqués de Casariego impulsó el desarrollo del puerto y del núcleo urbano, dando nombre al municipio. Desde entonces, Tapia se consolidó como punto de referencia en la pesca, el comercio costero y, más tarde, el turismo.
Los primeros pobladores se dedicaban principalmente a la pesca, la agricultura y la cantería, aprovechando los recursos naturales y el entorno privilegiado del litoral cantábrico.
Crecimiento y vida marinera
A lo largo de los siglos XIX y XX, Tapia creció alrededor de su puerto, que se convirtió en el corazón del pueblo. La vida marinera marcó el ritmo de sus gentes: las mareas, las faenas de pesca y las festividades ligadas al mar dieron forma a una identidad profundamente vinculada al Cantábrico.
En las décadas recientes, el surf y las actividades náuticas han añadido un nuevo impulso a su espíritu costero, combinando la tradición marinera con la modernidad del turismo activo.
Tradiciones y cultura
Tapia conserva una rica herencia cultural. Las fiestas patronales de San Sebastián y San Blas, así como las celebraciones de verano en honor a Nuestra Señora del Carmen, reflejan la devoción y el espíritu festivo de sus vecinos. La música tradicional, el folclore y la gastronomía —donde destacan los pescados y mariscos frescos— siguen siendo pilares de la identidad local.
Además, el arte y la artesanía han tenido siempre un papel relevante, con talleres locales y manifestaciones que mantienen vivas las tradiciones del pasado.
Tradiciones de Tapia
Vive la emoción y la devoción de las procesiones en honor a la Virgen del Carmen, una de las celebraciones más queridas de Tapia de Casariego. Revive cada año a través de vídeos y recuerdos únicos.
🎉Explorar las procesiones del Carmen 🌊Tapia en la actualidad
Hoy en día, Tapia de Casariego combina su legado histórico con un presente dinámico. Es un destino que atrae tanto a quienes buscan tranquilidad y belleza natural como a los amantes del surf y del mar. Pasear por su puerto, recorrer sus calles empedradas y disfrutar de su ambiente acogedor es revivir la historia viva de un pueblo que ha sabido conservar su esencia.
